jueves, 20 de marzo de 2014

Feliz Día del Padre

Recuerdo todos aquellos regalos para el Día del Padre que realizaba en el colegio y que llevaba a casa pensando en la cara que pondría mi padre cuando lo viese. Nunca me han gustado las manualidades demasiado, quizás porque no soy muy artística, jeje. Pasé de la elaboración de estos detallitos que mi padre supongo pondría en su oficina (alguno que otro quedaría en algún cajón pues eran de dudosa utilidad), a esa etapa en la que piensas que todo esto de los días "conmemorativos" es un invento de las grandes superficies comerciales para hacer dinero. Y en esas me encontraba hasta que he formado mi propia familia y he podido comenzar a valorar muchísimo más la figura de "papá".

Cuando se produce un nacimiento siempre se le reconoce a la mami el esfuerzo realizado para traer al nuevo miembro de la familia a este mundo y parece que, aunque las felicitaciones van para ambos progenitores, el papi queda relegado a un discreto segundo plano. Y he de confesar que en ese momento una se siente genial al recibir todo el cariño pues, al fin y a cabo, las que "disfrutamos" el embarazo y pasamos por el momento del parto somos nosotras (madre no hay más que una, jaja). No voy a negar que pienso que el peso de la crianza de los hijos recae sobre las madres, por mucho que nos ayuden nuestras parejas. Es inevitable, la naturaleza nos ha hecho así y la sociedad nos empuja a ello. Siempre pendientes de todo e intentando alcanzar esa gran mentira llamada "conciliación famliar" que nos venden para que queramos ser "superwoman".

                     


Es de agradecer que los papis de hoy en día no sean como los de antes (y no quiero menospreciar la labor de nuestros padres ni mucho menos). Son padres que cuando llegan del trabajo colaboran en las tareas de casa (uno más que otros..oye pero lo intentan), juegan con sus hijos aunque lleguen cansados, nos acompañan durante el embarazo acudiendo a las citas médicas, están junto a nosotras el día del parto... Vamos, que son unos padres muchos más activos y que dejan de estar en ese "incómodo" (sobre todo para nosotras) segundo plano (¡Menos mal!).

Tengo la suerte de tener el mejor padre para mis hijos; siempre dispuesto a jugar con ellos, siempre con una sonrisa al volver a casa después de mil marrones en el trabajo, siempre encantado de acudir al pediatra con ellos, a sus clases de natación..., siempre PAPI.




Estoy agradecida a mi padre porque me ha ayudado a ser la persona que soy y me ha dado siempre su apoyo y su luz en mis miles de dudas diarias. Siempre decía que me casaría con él vestida con una cortina del salón de casa, jaja, enamoramiento de su niña mayor. Es mi héroe ( lo sabes bien). Y súper orgullosa de mi marido porque se vuelca con sus hijos y proyecta en ellos lo mejor de sí mismo con muchísima ilusión. Lo adoro.

A todos los PAPIS, ¡Feliz Día!

lunes, 10 de marzo de 2014

¿Me lees un cuento? Mejor...te lo cuento


Hace unos días tuve la oportunidad de participar en el taller impartido por la cuentera Pilar Redondo ¿Quieres que te cuente un cuento?. Me encantan los cuentos infantiles y gracias a la tarde que compartimos con Pilar (que es encantadora y con una voz que te transporta a mil mundos con mucha dulzura) he podido ser más consciente de que no es lo mismo leer un cuento, que contarlo.



Contar un cuento es una experiencia maravillosa para compartir con nuestros pequeños y, como tal, tiene que estar llena de emoción y entusiasmo. ¿De qué sirve que le leamos a nuestros hijos de manera rápida y desganada porque estamos cansados y lo que nos interesa es que se duerman lo antes posible?. Que conste que muchas veces caigo en ese bucle de última hora de la tarde de cuento rapidito y a dormir porque ya estoy cansada y deseando disfrutar de mis momentos de silencio. 

Como bien nos decía Pilar, los cuentos deben nacer de la emoción para poder transmitir a nuestros hijos lo mejor de ellos. La emoción que utilicemos para narrarlos transportará a nuestros pequeños oyentes a ese mundo mágico y que no tiene fin, donde la imaginación vuela libre para crear infinidad de personajes e historias.

Nunca me han gustado demasiado los libros infantiles basados en dibujos animados pues poco aportan a parte de volver a ver reflejado en papel aquellas situaciones que ya hemos visto mil veces en la famosa serie de televisión. Es inevitable que mis peques frente a una estantería de libros no se lancen flechados por libros de Peppa Pig, Cars,...Es normal puesto que son la imágenes que ven una y otra vez en el famoso canal de televisión y con la que amenizamos las madres nuestras tardes en casa para poder hacer cosas cuando ellos están entretenidos. Mientras ellos cogen y abrazan su adorado libro de dibujitos animados, mamá está perdida entre cuentos con poca letra y preciosas ilustraciones intentando convencerlos de que los míos son más bonitos. Pero luchar contra Peppa en ese momento es una "batalla" perdida. 



Pero para ganar esa "batalla" disponemos del muchas veces tenso momento antes de dormir que debería convertirse en un instante mágico que nos ayude a llevar a los peques a mi denominada "bajada de pulsaciones", jejeje. Es aquí cuando les ofrezco la posibilidad de soñar con esos cuentos que tanto me gustan. Sí, esos tesoros con más ilustraciones que letras que siempre aportan valores y sentimientos.

Creo que los cuentos constituyen la mejor manera de educar a nuestros pequeños en valores y ayudarles a desarrollar toda su inteligencia emocional. Me resisto a pensar que mi hijo va a ser más inteligente por saber manejar una tablet a la velocidad del rayo con tres años, eso no le aporta nada, poco le hace pensar. Nuestros pequeños son niños y, como tales, deben dejar volar su imaginación, inventar historias, crear personajes....Y si a través de esto consiguen identificar emociones y reconocer valores...¿No son los cuentos verdaderos tesoros?.

Que no se nos olvide....





"Un niño que lee es un adulto que piensa"



   ¡Gracias por vuestros comentarios!

viernes, 7 de marzo de 2014

Érase una vez...

Una mamá a la que le encanta el mundo 2.0 y  empaparse de todo lo relacionado con el universo infantil: literatura, moda, decoración, educación, etc...

Todas las mamis sabemos que desde el instante en que tienes un hijo la vida nos da un giro, un cambio que nos produce vértigo pero que es maravilloso. Nos cambia el chip, nos volvemos menos egoistas, pensamos antes en ellos que en nosotras, salimos a comprar y venimos con cosas para ellos y nada para nosotras, dormir 8 horas seguidas se convierte en todo un lujo, poder ducharnos tranquilas es toda una odisea...Pero también se inicia una nueva etapa llena de experiencias únicas y preciosas, a veces más durilla, a veces más divertida, pero para nada aburrida. 

Nos surgen nuevas preocupaciones e intereses...comenzamos a SUSPiRAR más..



SUSPIRAR 
"Querer o desear algo intensamente"



SUSPIRAR no tiene por qué ser sinónimo de tristeza, nostalgia, resignación, etc... Es mucho más y más bonito.

1...2...3..¿Suspiramos?