lunes, 10 de marzo de 2014

¿Me lees un cuento? Mejor...te lo cuento


Hace unos días tuve la oportunidad de participar en el taller impartido por la cuentera Pilar Redondo ¿Quieres que te cuente un cuento?. Me encantan los cuentos infantiles y gracias a la tarde que compartimos con Pilar (que es encantadora y con una voz que te transporta a mil mundos con mucha dulzura) he podido ser más consciente de que no es lo mismo leer un cuento, que contarlo.



Contar un cuento es una experiencia maravillosa para compartir con nuestros pequeños y, como tal, tiene que estar llena de emoción y entusiasmo. ¿De qué sirve que le leamos a nuestros hijos de manera rápida y desganada porque estamos cansados y lo que nos interesa es que se duerman lo antes posible?. Que conste que muchas veces caigo en ese bucle de última hora de la tarde de cuento rapidito y a dormir porque ya estoy cansada y deseando disfrutar de mis momentos de silencio. 

Como bien nos decía Pilar, los cuentos deben nacer de la emoción para poder transmitir a nuestros hijos lo mejor de ellos. La emoción que utilicemos para narrarlos transportará a nuestros pequeños oyentes a ese mundo mágico y que no tiene fin, donde la imaginación vuela libre para crear infinidad de personajes e historias.

Nunca me han gustado demasiado los libros infantiles basados en dibujos animados pues poco aportan a parte de volver a ver reflejado en papel aquellas situaciones que ya hemos visto mil veces en la famosa serie de televisión. Es inevitable que mis peques frente a una estantería de libros no se lancen flechados por libros de Peppa Pig, Cars,...Es normal puesto que son la imágenes que ven una y otra vez en el famoso canal de televisión y con la que amenizamos las madres nuestras tardes en casa para poder hacer cosas cuando ellos están entretenidos. Mientras ellos cogen y abrazan su adorado libro de dibujitos animados, mamá está perdida entre cuentos con poca letra y preciosas ilustraciones intentando convencerlos de que los míos son más bonitos. Pero luchar contra Peppa en ese momento es una "batalla" perdida. 



Pero para ganar esa "batalla" disponemos del muchas veces tenso momento antes de dormir que debería convertirse en un instante mágico que nos ayude a llevar a los peques a mi denominada "bajada de pulsaciones", jejeje. Es aquí cuando les ofrezco la posibilidad de soñar con esos cuentos que tanto me gustan. Sí, esos tesoros con más ilustraciones que letras que siempre aportan valores y sentimientos.

Creo que los cuentos constituyen la mejor manera de educar a nuestros pequeños en valores y ayudarles a desarrollar toda su inteligencia emocional. Me resisto a pensar que mi hijo va a ser más inteligente por saber manejar una tablet a la velocidad del rayo con tres años, eso no le aporta nada, poco le hace pensar. Nuestros pequeños son niños y, como tales, deben dejar volar su imaginación, inventar historias, crear personajes....Y si a través de esto consiguen identificar emociones y reconocer valores...¿No son los cuentos verdaderos tesoros?.

Que no se nos olvide....





"Un niño que lee es un adulto que piensa"



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